Biografía
Desconocemos
el lugar y año de nacimiento de Carlos García Martínez. Debió nacer alrededor
de 1670, puesto que en 1691 era lo suficientemente mayor como para componer los
villancicos de Navidad interpretados en la catedral de Burgos. Sabemos que fue
mozo de coro de la catedral de Burgos, institución en la que, según propia
confesión, recibió “la educación y primeros rudimentos de la música”[1].
Sus maestros debieron ser Juan de la Madrid, que ocupó el magisterio de capilla
de la catedral de Burgos de 1662
a 1685, y Manuel de Egüés, que ocupó el magisterio de
capilla de 1685 hasta 1729. La primera noticia que tenemos de Carlos García
Martínez es una petición que hizo en diciembre 1691 para que se le permitiese
dirigir, dado que entonces no había maestro de capilla, los villancicos para la
fiesta de Navidad que había compuesto junto a otro mozo de coro, Francisco de
Torres. Las actas capitulares dicen en concreto:
“Compás en el coro. El señor fabriquero
propuso que, por falta de maestro de capilla, Carlos García y Francisco de
Torres, discípulos suyos y acólitos de esta santa iglesia, tienen hechos
diferentes villancicos y salmos para la fiesta de Navidad, que le han dicho
que, para darles el aire y consonancia que han menester, es necesario echen
ellos el compás, que el Cabildo vea si gusta de eso; y habiéndose conferido, se
resolvió eche cada uno el compás en sus obras”[2].
La
ausencia de maestro de capilla se debía a que en octubre de ese año Manuel
Egüés se había marchado de Burgos para ejercer el magisterio de capilla en la
Seo de Zaragoza[3].
No debió estar muy contento Egüés en su nuevo puesto, ya que en febrero de
1692, antes de que se emitieran edictos para la provisión de la plaza, escribió
al cabildo burgalense para que le recibiera de nuevo como maestro de capilla
“todos los días de su vida”[4].Las
obras que Carlos García compuso para la navidad de 1691 debieron gustar al
cabildo, ya que ordenó entregar 150 reales a Carlos García y otros 150 reales a
repartir entre Juan García y Francisco de Torres, los otros músicos que
participaron en la composición y dirección de la fiesta, en atención al
“lucimiento que todos habían visto”[5].
En septiembre de 1692 Carlos García pidió al cabildo de Burgos que escribiese
al cabildo de la catedral de El Burgo de Osma para comunicarle que tenía la
intención de oponerse al magisterio de capilla vacante en esa catedral[6].
La contestación a esta carta llegó a Burgos el 1 de noviembre[7]. El
cabildo de Burgos volvió a escribir otra carta, que llegó a El Burgo de Osma el
17 de noviembre, rogando al cabildo de Osma que tuviese gracia con Carlos
García en las oposiciones al magisterio de capilla. Entre finales de septiembre
y principios de noviembre de 1692 Carlos García debió conseguir el magisterio
de capilla de la colegiata de Vitoria, puesto que las actas capitulares de la
catedral de Burgos del 12 de septiembre de 1692 se refieren a Carlos García
como “mozo de coro” y en la carta que llegó a Osma el 17 de noviembre aparece
como maestro de capilla de Vitoria. Carlos García no ganó las oposiciones al
magisterio de capilla de El Burgo de Osma. Fue Mateo Villavieja, natural de
Sigüenza (Guadalajara) y entonces maestro de capilla de la colegiata de Daroca
(Zaragoza), quien consiguió ser maestro de capilla de El Burgo de Osma. Al año
siguiente, en noviembre de 1693, Carlos García, “maestro de capilla de la
iglesia colegial de Vitoria”, volvió a acudir al cabildo de Burgos, dado que
había sido su “criado”, para que intercediese ante el arzobispo y su provisor y
así favorecerle en “la pretensión de un beneficio de media ración a que se
halla opuesto en el lugar de Quintanapalla”, localidad cercana a la ciudad de
Burgos[8].
No
sabemos hasta cuándo Carlos García fue maestro de capilla de la colegiata de
Vitoria. En 1698, cuando trató de obtener la plaza de sochantre de noche de la
catedral de Burgos, era capellán y maestro de capilla del monasterio de Las
Huelgas de Burgos. El proceso de esta oposición a la sochantría de noche de la
catedral de Burgos fue extraño y parece que sucedió algo que se nos escapa. En
enero de 1698, sabiendo el cabildo de Burgos que se hallaba en la ciudad Diego Mago ,
tenor de la catedral de Santo Domingo de la Calzada, decidió que se le llamara
para que examinarle como sochantre de noche. También se decidió llamar a Carlos
García, puesto que los canónigos sabían que pretendía la misma plaza. Se
determinó entonces que ambos asistieran al coro ese día y al día siguiente para
salmear en los oficios y así ser oídos[9].
El maestro de capilla, Manuel Egüés, informó que las voces de los dos
pretendientes en realidad no eran de sochantre, sino de tenor, aunque advertía
que los dos cantores eran diestros “en cuanto a la inteligencia en la música” y
que “habían desempeñado exactísimamente” todo lo que se les había mandado. A
pesar del informe positivo del maestro de capilla, el cabildo decidió suspender
la provisión de la sochantría “hasta que apareciese alguna persona que fuere a
propósito”, aunque, sorprendentemente, dio esperanzas a los dos pretendientes,
diciéndoles que les seguirá teniendo presentes para ocupar la plaza[10].
Es comprensible, por ello, que en junio de ese año, Diego Mago escribiera una
carta para recordar al cabildo que seguía siendo opositor a la sochantría de
noche de la catedral[11].
Como en agosto de ese año el cabildo aún no había encontrado “sujeto
conveniente” para la plaza, decidió llamar otra vez a los dos opositores, Diego
Mago y Carlos García, para que volvieran a ser examinados[12].
Sin embargo, Carlos García, “capellán del monasterio de las Huelgas”, escribió
una carta al cabildo de Burgos en la que avisaba que, en caso de ser elegido
como sochantre de noche, renunciaba a la plaza, ya que no deseaba entrar a
disgusto de sus compañeros, y más teniendo renta suficiente para vivir[13].
Esta extraña carta indica que en esta oposición ocurrió algo que desconocemos.
El cabildo de Burgos eligió finalmente a Diego Mago como sochantre de noche por
26 votos contra cuatro[14].
El
11 de noviembre de 1698 murió Matías Durango, maestro de capilla de la catedral
de Santo Domingo de la
Calzada. El 14 de noviembre el cabildo calceatense decidió
escribir a Carlos García para que viniese a Santo Domingo. Parece ser que los
miembros del cabildo pensaban entonces que Carlos García eran tan solo
sochantre del monasterio de las Huelgas de Burgos, por lo que le llamaron
principalmente para ocupar la plaza de sochantre, entonces vacante en la catedral. Sin
embargo, como sabían que previamente había sido maestro de capilla de la
colegiata de Vitoria, se les ocurrió que Carlos García podría ocupar también el
cargo de maestro de capilla. El texto de las actas capitulares es el siguiente:
“(…) se escriba a D.
Carlos García, sochantre en las Huelgas de la ciudad de Burgos, que si gusta de
venir a ser oído para sochantre de esta iglesia, se le dará la sochantría
colativa, siendo a propósito la voz, y que respecto de haber muerto el día once
de este mes D. Matías de Durango, maestro de capilla de esta santa iglesia, y
teniendo el cabildo noticia que dicho don Carlos ha ejercido el magisterio en
la ciudad de Vitoria, que se le dará junto con la sochantría, para la que se le
dará una porción, la que pareciere competente, cumpliendo con ambos oficios”[15].
Carlos
García debió venir a la ciudad de Santo Domingo en mayo de 1699 para cantar y
dirigir la música de la fiesta del santo patrón. Al cabildo le debió parecer un
sujeto adecuado para ocupar tanto la plaza de sochantre como la de maestro de
capilla, por lo que decidió contratarle. Las actas capitulares dicen lo
siguiente:
“(…) cómo don Carlos
García Martínez, maestro de capilla del real monasterio de las Huelgas de la
ciudad de Burgos, había venido con un tiple a hacer la fiesta de nuestro Santo
Patrón, y que a ella habían asistido otros ministros, como son organista y
tenor, y que parecía razonable satisfacerles el trabajo lo que le parecía a el
Cabildo, y así mismo dijo que ya constaba a el Cabildo cómo en esta santa
iglesia se necesitaba de maestro de capilla, sochantre y tenor, y que le
parecía para todo muy a propósito el dicho don Carlos García Martínez, si el
Cabildo viniera en ello. Y oída y entendida dicha proposición por los dichos
señores, dijeron que se votase sobre ella y sobre el salario que se le había de
dar. Y habiéndose votado, parece que la mayor parte de dicho Cabildo y casi
todos votaron que se le diese a dicho don Carlos el salario de sochantre sobre
como los demás han tenido, y las dos capellanías que vacaron por muerte de don
Domingo Ezquerro (…), y así mismo le señalaban y señalaron 60 ducados de vellón
en obra y primicia por mitad y casa en que viva, que es la que han vivido los
demás maestros. Y los sesenta ducados y casa (…) en ningún tiempo los ha de
poder pedir por renta colativa (…) con la carga y obligación de que ha de
regentar y servir el magisterio de capilla, componiendo los papeles necesarios,
como los demás maestros de capilla, y enseñar con todo cuidado a todos los
tiples y ministros de coro, según que se disponga por estatutos de esta santa
iglesia, y así mismo con la carga y obligación de ejercer la sochantría
respetando el coro y cumpliendo con lo demás de su oficio, como lo han hecho
los demás sochantres que ha habido, y cantará los papeles que deba cantar un
tenor, que es lo que ha de ejercer cuando se ofrezcan las ocasiones de cantar
papeles (…), sin que por el trabajo de lo susodicho pueda pedir otra renta o
gaje alguno, mas puede que le tocare en las fiestas y procesiones que la
capilla hiciera que no sean de esta santa iglesia con licencia de ella (…)”[16].
Resumiendo,
en el texto se dice que se contrata a Carlos García como sochantre con el mismo
salario que los sochantres anteriores, salario que era una renta colativa
tomada de dos capellanías. A la vez se le contrata también como maestro de
capilla, añadiendo al salario de sochantre 60 ducados más y una casa en que
vivir. El cabildo aclara que estos 60 ducados se tomaban de la obra y primicia
y no eran renta colativa. Se advierte a Carlos García que, aunque se le
contrate para ocupar dos plazas a la vez, no debe descuidar ninguna de ellas,
pues a la vez que regentar el coro y cantar durante el oficio, ha de cumplir
las obligaciones habituales de un maestro de capilla (dirigir la capilla de
música, componer nuevas obras, enseñar música a los tiples y ministros del
coro). Además de ello, se exige también a Carlos García que cante como tenor en
las obras a papeles cuando sea preciso, sin percibir salario alguno por ello, a
excepción de lo que gane la capilla de música cuando salga a cantar en las
fiestas y procesiones fuera de la catedral.
Carlos
García actuó como maestro de capilla al examinar a los opositores que
pretendían ingresar en la capilla de música de la catedral. Examinó ,
por ejemplo, a un organista de Cenicero[17],
a un tiple de San Asensio[18],
a un tiple de Briones[19].
También se le pidió que escribiera a un contralto de Burgos para que viniera a
ser oído[20].
En cuanto a la composición de nuevas obras de música, el cabildo le dio permiso
en julio de 1701 para que se ausentase unos días del coro para componer los
“salmos, magníficas y misas que ya está haciendo para esta santa iglesia”[21].
Sin embargo, el trabajo de sochantre, tenor y maestro de capilla debió ser
excesivo y el 4 de noviembre de 1701, Carlos García pidió al cabildo que se le
relevase del puesto de sochantre, estando dispuesto a renunciar a la renta
colativa[22].
El cabildo, sin embargo, no accedió a esta petición y le recordó que tenía a
Feliz de Alzola como ayudante de sochantre[23].
Parece ser que Carlos García había llegado a un acuerdo con Feliz de Alzola,
que había sido mozo de coro de la catedral, para que actuase como sochantre a
cambio de parte de su salario. Dado que actuaba como sochantre de la catedral,
Alzola pidió en mayo de 1702 un salario, pretensión a la que se negó el
cabildo, sugiriéndole que le pida más dinero a Carlos García por su trabajo[24].
En enero de 1703, Alzola, que había sido elegido sochantre de la colegiata de
Logroño, informó al cabildo calceatense que no deseaba marcharse y que había
llegado a un acuerdo con Carlos García para que éste le cediese 20 ducados de
su salario a cambio de “regentar y gobernar el coro”. El cabildo se mostró
conforme con este acuerdo entre Feliz de Alzola y Carlos García[25].
En
septiembre de 1704 el cabildo dio permiso a Carlos García para que opositase “a
la corte de Madrid” con la condición de que regresara antes de la fiesta de la
dedicación de la Iglesia y dejara “los papeles necesarios para las fiestas que
en su ausencia se ofrecieren y persona que cuide de enseñar a los niños de
coro”[26].
Carlos García, sin embargo, no pudo regresar antes de la fecha indicada debido
a un cierto “accidente que le ha sobrevenido”, por lo que el cabildo le
permitió que retrasase su vuelta hasta la fiesta de todos los santos[27].
Finalmente, a principios de noviembre, dado que había obtenido “una de las
capellanías titulares del convento real de las Descalzas” de Madrid, Carlos
García se despidió del cabildo de la catedral de Santo Domingo de la Calzada,
renunciando a la renta colativa de que disfrutaba para que el cabildo pudiese
usar de ella con otros ministros. El Deán y Cabildo manifestaron entonces que
“se holgaban mucho de los ascensos del dicho don Carlos y le dieron las gracias
por lo bien que había servido en esta santa iglesia”[28].
A finales de ese mismo mes de noviembre, el Cabildo calceatense nombró a Blas
de Cáseda, maestro de capilla entonces de la colegiata de Vitoria, como nuevo
maestro y tenor, ya que conocía su “habilidad, suficiencia y buenas costumbres”[29].
En
realidad Carlos García había sido nombrado en 1704 como uno de los doce
capellanes de voz del monasterio de las Descalzas reales de Madrid. En una
lista fechada el 5 de enero de 1709 en la que se nombran los ministros que
servían entonces en la
Real Capilla de las Descalzas, aparece Carlos García como
“músico tenor” con un salario de 400 ducados al año[30].
El maestro de capilla de las Descalzas reales era entonces Miguel Ambiela, que
ocupó este cargo de 1707 a
1710. Carlos García sigue apareciendo como tenor de las Descalzas en una lista
fechada el 7 de septiembre de 1719, siendo entonces maestro de capilla José de
San Juan[31].
La última noticia que tenemos de Carlos García se encuentra en las actas
capitulares de Burgos del 30 de octubre de 1720. En estas actas se dice que
Carlos García había enviado algunas obras musicales “copiadas y puestas en
limpio” en agradecimiento a la “educación y primeros rudimentos de la música”
que recibió en la catedral de Burgos. El texto completo de las actas es el siguiente:
“Obras de música. Leyóse otra [carta] de don Carlos García Martínez,
maestro de capilla [sic] en las Descalzas Reales de la corte, en que remite a
su señoría el Cabildo diferentes obras de música copiadas y puestas en limpio,
a cuya composición dice se ha dedicado en obsequio del Cabildo, agradecido al
beneficio que debe a esta santa iglesia, habiendo recibido en ella la educación
y primeros rudimentos de la música; mandósele responder con las más atentas
gracias y que las obras se recojan y pongan en custodia por el maestro de
capilla”[32].
Posiblemente
Carlos García murió en Madrid, sin que podamos determinar la fecha de su
defunción.
Obra
La
obra de Carlos García no es muy abundante y se conserva en su integridad en los
archivos de música de las catedrales de Burgos y Santo Domingo de la Calzada. Tan solo
conozco una obra que se conserve fuera de estos dos archivos. Se trata de un
villancico para la concepción de Nuestra Señora, Ah de la esfera del sol, que se encuentra actualmente en la Hispanic Society of America de Nueva York[33].
Este villancico, sin embargo, debe proceder del archivo de música de la
catedral de Burgos, ya que la colección de música española de la Hispanic Society of America procede de la colección de Federico Olmeda, organista y
maestro de capilla en Burgos de 1887
a 1907. Esto explica que, entre las obras musicales
conservadas en la Hispanic Society of America, abunden las compuestas por maestros burgalenses como Bartolomé
Olagüe, Urbán de Vargas, Juan de la Madrid o Manuel Egüés.
Raúl Angulo Díaz
Ediciones
Carlos García Martínez: Misa y motete de difuntos, ed. crítica de Raúl Angulo Díaz, Fundación Gustavo Bueno, Santo Domingo de la Calzada (2013)
[1] Actas capitulares de Burgos. Registro 98 (1720-1723). 30-10-1720,
fol. 101v.
[2] Actas capitulares de Burgos. Registro 90 (1688-1694). 7-12-1691,
fol. 322v.
[3] Actas capitulares de Burgos. Registro 90 (1688-1694). 22-10-1691,
fol. 308v.
[4] Actas capitulares de Burgos. Registro 90 (1688-1694). 1-2-1692,
fol. 336.
[5] Actas capitulares de Burgos. Registro 90 (1688-1694). 4-2-1692,
fols. 336-337.
[6] Actas capitulares de Burgos. Registro 90 (1688-1694). 12-09-1692,
fols. 410v-411.
[7] Actas capitulares de Burgos. Registro 90 (1688-1694). 1-10-1692,
fol. 416v.
[8] Actas capitulares de Burgos. Registro 90 (1688-1694). 27-11-1693,
fol. 600
[9] Actas capitulares de Burgos. Registro 91(1694-1699). 27-1-1698,
fol. 507v.
[10] Actas capitulares de Burgos. Registro 91(1694-1699). 29-1-1698,
fol. 509.
[11] Actas capitulares de Burgos. Registro 91(1694-1699). 9-6-1698,
fol. 562v.
[12] Actas capitulares de Burgos. Registro 91(1694-1699). 11-8-1698,
fol. 581.
[13] Carta de Carlos García conservada en el archivo de la catedral de
Burgos, Libro 111, fol. 560.
[14] Actas capitulares de Burgos. Registro 91(1694-1699). 13-8-1698,
fol. 584.
[15] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 14-11-1698, fol. 181v.
[16] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 13-5-1699, fol. 192.
[17] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 29-5-1699, fol. 193.
[18] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 26-9-1699, fol. 200.
[19] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 29-7-1701, fol. 254.
[20] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 7-8-1699, fol. 197.
[21] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 8-7-1701, fol. 252.
[22] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 4-11-1701, fol. 265v.
[23] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 4-4-1702, 274v.
[24] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVI
(1690-1702). 5-5-1702, fol. 280.
[25] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVII
(1703-1707). 12-1-1703, fol. 1.
[26] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVII
(1703-1707). 5-9-1704, fol. 50.
[27] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVII
(1703-1707). 9-10-1704, fol. 52v.
[28] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVII
(1703-1707). 7-11-1704, fol. 56.
[29] Actas capitulares de Santo Domingo de la Calzada. Libro XVII
(1703-1707). 28-10-1704, fol. 59.
[30] Carmen María Álvarez: El
maestro aragonés Miguel de Ambiela (1666-1733), Universidad de Oviedo,
Oviedo (1982), p. 40.
[31] Paulino Capdepón Verdú: “Maestros de capilla del Monasterio de
las Descalzas Reales de Madrid en el siglo XVIII (I)”, anales del Instituto de Estudios Madrileños, Vol. 47 (2007), pp.
293-320.
[32] Actas capitulares de Burgos. Registro 98 (1720-1723), 30-10-1720,
fol. 101v.
[33] Emilio Ros-Fábregas: “La Biblioteca musical de Federico Olmeda
(1865-1909) en la ‘Hispanic Society
of America’ de Nueva York”, Revista de
Musicología, XX/1 (1998), p. 565.