De junio a septiembre de 1701 fue maestro de capilla de la colegiata de Jerez (Cádiz), habiendo residido previamente en Córdoba. Ese mismo año de 1701 fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Cádiz, después de que Miguel Conejos, organista de Málaga y elegido en primer lugar en las oposiciones, renunciase.
En 1701 aún no estaba ordenado de orden sacro y no se llegó a ordenar presbítero hasta 1712, cuando era ya maestro de capilla de la catedral de Sevilla. En 1702 presentó su renuncia ante el cabildo de la catedral de Cádiz por “cierta diferencia que había tenido con un señor capitular y también que algunos músicos, particularmente don Alejandro González, no le atendían como a su maestro”. Finalmente no se llegó a marchar, amonestando el Cabildo a los músicos para que en adelante obedecieran al maestro.
En junio de 1709 murió el maestro de capilla de la catedral de Sevilla, Diego José de Salazar, y el 8 de abril de 1710 Gaspar de Úbeda fue nombrado por el cabildo sevillano maestro de capilla debido a las “noticias de su habilidad y suficiencia por algunas obras que había remitido y que se habían cantado con el coro (…) con aprobación de los inteligentes de esta facultad”. Murió en Sevilla el 26 de febrero de 1724.
Sus obras se localizan principalmente en el archivo de la catedral de Sevilla, en el Real Colegio del Corpus-Christi de Valencia, en el archivo de la catedral de Segorbe, en el archivo de la Colegiata de Roncesvalles y en el archivo de la catedral de México.